PROBIÓTICOS EN LA MIEL NATURAL

26.01.2018

La miel aporta muchos beneficios para la salud y la ciencia apenas está comenzando a descubrirlos. Ahora, una nueva investigación revela que la miel cruda también tiene propiedades especiales de estimulación inmunológica gracias a un probiótico presente en el néctar y el polen de las plantas, que las abejas transportan a la colmena. 

Diversas investigaciones han demostrado que la capacidad de la miel para estimular el sistema inmunológico tiene mucho que ver con el hecho de que los néctares de las flores contienen polifenoles vegetales y otros fitoquímicos. Ahora podemos añadir otra razón que justifica la capacidad de la miel de estimular el sistema inmunológico: una bacteria probiótica particular endémica entre las abejas melíferas.

El descubrimiento y estudio de este probiótico revela una serie de elementos clave con respecto a la miel y las abejas melíferas, con respecto a la digestión de la fructosa y hasta el colapso de la colonia de abejas melíferas.

El probiótico de la colmena

La bacteria probiótica es la Lactobacillus kunkeei. Esta bacteria se estudió inicialmente en el proceso de elaboración del vino, porque a menudo se encontraba cuando este se estropeaba durante el proceso de fermentación.

Pero recientemente la Lactobacillus kunkeei se ha encontrado también entre las abejas melíferas, y un nuevo método de secuenciación empleado en la Universidad de la Prefectura de Hiroshima ha encontrado que esta bacteria probiótica no sólo es utilizada por las abejas melíferas: también está presente en la miel, el polen de abeja y la jalea real producida en la colmena.

Esto significa que al comer miel cruda, podemos estar consumiendo también esta bacteria probiótica. ¿Es bueno para nosotros?

Bacterias que aumentan la inmunidad

Para investigar los efectos de esta bacteria probiótica, los investigadores mencionados anteriormente primero probaron dos cepas de la bacteria Lactobacillus kunkeei en células dentro del laboratorio. Cuando las células fueron expuestas a la bacteria Lactobacillus kunkeei YB38, matada previamente por calor, estas iniciaron una respuesta con Inmunoglobulina A (IgA), lo que significa que los procesos de inmunidad de las células se habían estimulado.

Los investigadores entonces dieron 1,000 miligramos de Lactobacillus kunkeei YB38 matado por calor a 11 adultos sanos durante un mes. Los investigadores encontraron que el Lactobacillus kunkeei YB38 aumentó las concentraciones de IgA de saliva, lágrimas y secreciones gastrointestinales, genitourinarias y respiratorias entre los sujetos. Esto significa que estimuló significativamente el sistema inmunológico.

Los investigadores confirmaron el descubrimiento con esta información:

"Este es el primer informe que analiza la microbiota de la miel y la jalea real y demuestra la eficacia del L. kunkeei de los productos de la abeja en el sistema inmune de los humanos."

¿Qué son las bacterias "matadoras de calor"?

Decíamos que las bacterias de la miel probadas en el estudio anterior fueron eliminadas por calor. Esto significa que las bacterias fueron calentadas primero hasta el punto en que murieron. En este estado las bacterias ya no consumen alimentos (etapa conocida como fermentación). Tampoco producen ácidos ni sustancias antibióticas, como los probióticos vivos. Pero cuando una bacteria es eliminada por calor, "muere luchando" y produce una serie de ácidos y sustancias antibióticas para protegerse de su inminente muerte. Esta es la razón por la cual una bacteria muerta por calor todavía puede provocar inmunidad: Los productos químicos inmunoactivos están presentes en sus restos.

Implicaciones de la miel cruda versus la miel refinada

Esta eliminación de Lactobacillus kunkeei por calor es lo que ocurre normalmente en la mayoría de la producción de miel convencional, ya que la miel convencional se calienta y luego se filtra. Este proceso de calentamiento permitirá que la miel pase más fácilmente a través de un filtro para que las partículas no deseadas puedan ser eliminadas.

Sin embargo, una miel cruda verdadera no se calienta, ni se filtra. Esto significa que una miel cruda contendrá las formas vivas de esta bacteria probiótica que estimula el sistema inmune.

La existencia de este probiótico puede explicar por qué la miel cruda no sólo es inmunoestimulante, sino también antibiótica. Y se debe a que los probióticos segregan numerosos compuestos naturales para eliminar las bacterias que amenazan sus territorios.

Por otro lado, la miel también contiene fitoquímicos del néctar de las plantas que estimulan el sistema inmunológico. De hecho, otras investigaciones han demostrado que aquella procedente de plantas que estimulan la inmunidad (como las flores de Manuka) tiene más propiedades antimicrobianas que la miel de las abejas que cosechan plantas comunes.

Probióticos de las flores

Las abejas almacenan la miel como fuente de energía para el invierno, cuando teóricamente no tienen de qué alimentarse. Pero las flores parece ser que proporcionan algo más que el polen y el néctar: también proporcionan las bacterias imprescindibles para el almacenamiento y la protección de la miel.

Una abeja sana produce miel mezclando el néctar de las flores con su saliva, regurgitándola a continuación e intercambiándola colectivamente con otras abejas (trofalaxia). Este proceso mezcla el polen y el néctar con las bacterias probióticas de sus jugos digestivos, protegiéndolas así contra enfermedades. Sin embargo, esta protección no sólo proviene de los jugos digestivos, sino también de las bacterias probióticas que albergan las abejas. ¿De dónde sacan esta bacteria?

Varios investigadores de la Stellenbosch University, en Sudáfrica, estudiaron numerosas cepas de L. kunkeei, recolectadas de flores, miel y de la producción de vino. La parte llamativa del estudio es que las flores se analizaron recogidas en fresco, directamente de la planta. En otras palabras, se descubrió que la bacteria L. kunkeei tiene una relación simbiótica no sólo con las abejas y por lo tanto con los humanos, sino también con las flores, que por medio del néctar, proporcionan bacterias a las abejas.

Las bacterias probióticas ofrecen numerosos beneficios a sus huéspedes. Estos incluyen proporcionar una función antibiótica directa, ayudar y estimular el sistema inmunológico, y proporcionar enzimas para la digestión junto con otros productos químicos utilizados por el metabolismo del huésped.

Esta investigación sobre las bacterias presentes en las abejas demuestra que la bacteria L. kunkeei proporciona actividad probiótica a las flores que contienen néctar. Y esto significa que las abejas no sólo están recolectando el néctar y el polen de las flores: también están recolectando estas bacterias beneficiosas, que proporcionan servicios probióticos a la colmena.

Otra explicación para el colapso de la colonia de abejas

Después de encontrar no menos de 66 cepas de L. kunkeei entre las colmenas de las abejas melíferas, los investigadores de la Universidad de Stellenbosch llevaron a cabo un estudio para probar una enfermedad patógena que amenaza a muchas colmenas en todo el mundo.

El patógeno infeccioso es el Melissococcus pluton, causante de una enfermedad de las abejas melíferas llamada Loque Europea, y señalada también como una de las manifestaciones involucradas en el colapso de las colonias de abejas.

En dicho estudio los investigadores encontraron que L. kunkeei mató con éxito y por lo tanto proporcionó propiedades antibióticas contra el patógeno Melissococcus pluton. El mecanismo para la función antibacteriana de L. kunkeei era que producía un péptido antibacteriano.

Y aunque L. kunkeei no es la única bacteria probiótica que las abejas melíferas utilizan en sus colmenas, este estudio abre una nueva posibilidad para entender el colapso de las colmenas: la eliminación de aquellas bacterias que las abejas usan para prevenir la infección.

¿Supone esto un avance muy grande? La realidad es que los pesticidas y herbicidas también tienen la habilidad única de matar bacterias junto con las plagas (muchas de las cuales son microscópicas) que intentan combatir. Esta eliminación inespecífica se puede comparar con la forma en que los antibióticos pueden eliminar el contenido probiótico de nuestro intestino.

Transmisión de los probióticos de la miel a los seres humanos

En el néctar recogido por la abeja melífera, los beneficios probióticos proporcionados por la bacteria L. kunkeei se transmiten entonces a los seres humanos que cosechan la miel almacenada en la colmena. Y por supuesto a los que comen esas mieles crudas, sin calentar ni filtrar.

Al igual que otras bacterias probióticas, estas bacterias producen ácido láctico y ácido acético, los cuales ayudan al pH correcto de nuestros tractos intestinales. Estos ácidos también crean un ambiente que ayuda a prevenir el crecimiento de muchos tipos de bacterias patógenas y levaduras.

Miel cruda y azúcar en sangre

Los probióticos nos ayudan a digerir y procesar nuestros alimentos y L. kunkeei también puede realizar esta función. Los investigadores de la Universidad de Stellenbosch encontraron que la bacteria L. kunkeei se alimenta del complejo D-fructosa, que proporcionan los néctares de flores y las mieles. Este hecho revela el beneficio de comer miel cruda y al menos una razón por la que la miel es una de las formas más saludables de edulcorantes en términos de control del azúcar en la sangre. El hecho de que estas bacterias se alimenten de la fructosa significa que también descomponen la fructosa que puede ser responsable, en sus formas puras, de aumentar nuestro nivel de azúcar en la sangre.

En otras investigaciones se ha demostrado que la fructosa de la fruta cruda contiene fibras complejas que ayudan a prevenir la aparición de la fructosa en la sangre. Este proceso se ve retrasado aún más por los probióticos intestinales que se alimentan de la fructosa, rompiendo así estas cadenas de polisacáridos en componentes sanos como los ácidos lácticos y los ácidos acéticos.

Pero la miel proporciona otro nivel por encima de esto (siempre que se consuma miel cruda, no procesada): entrega los probióticos que reducen la absorción de fructosa. Esto también proporciona el eslabón perdido que demuestra que la suplementación probiótica mejora la respuesta fructosa/glucosa.


FUENTES CONSULTADAS: 

Las terapias naturales que aplicamos no sustituyen ni excluyen la atención o el tratamiento médico o farmacológico convencional prescrito por profesionales sanitarios. 
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